A estas alturas no creo que nadie pueda debatir que, nos guste más o menos, ‘Fortnite’ ha sido el videojuego más importante y el fenómeno más absolutamente ilógico de la década. Desde su lanzamiento en 2017 hasta ahora se ha convertido en el pináculo de todo: no hay franquicia que no quiera pasar -o haya pasado- por sus fauces, y tanto LEGO como ‘Rock Band’ han encontrado una segunda vida en el juego para todo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo nació?
Lléveme a la Ciudadela, por favor
Todo empezó cuando en Epic ya estaban a punto de lanzar su nuevo juego, un cooperativo que se iba a llamar, simplemente ‘Fortnite: Save the world’. Pero entonces se fijaron en ‘Player Unknown’s Battlegrounds’, que juntaba a cien personas en cada partida. ¿Quién no querría tantísima gente jugando a la vez a tu videojuego?
Y entonces pasó la magia, en un viaje en Uber. Es tan simple como eso: de camino a Disney decidieron volver a juntar al equipo original, poner un Battle Royale en ‘Fortnite’ y convertirlo en un éxito. Solo había un problema: la reunión era en tres horas y necesitaban un documento para guiar a la gente en lo que tenía que hacer. Y así, en el asiento de atrás de un Uber, escribieron las bases de lo que ahora conocemos como ‘Fortnite’.
¿Pero cómo? ¿Qué es lo que iba a diferenciarles? ¿Cuál era el punto de partida? Mientras se lo preguntaban, un autobús escolar se coló a su lado entre el tráfico, y pensaron: ya está. Decidido. Los jugadores van a ir en un autobús por el cielo, y a saltar donde ellos quieran en el mapa. Sí, vale, todo empezó por una copia de ‘PUBG’, pero… ¿Qué juego no copia a otro, aunque sea un poquito, para evolucionar?
Podemos aprender una lección de todo esto: cuando vayas en la parte de atrás de un Uber, en lugar de mirar al móvil, mira por las ventanillas: ¡nunca sabes cuándo se te va a ocurrir la idea que te haga millonario!