Netflix es un ventanal enorme de propuestas, desde series de calidad extrema hasta películas que hubieran estado mejor sin salir nunca a la palestra. En el género de la fantasía es donde, especialmente, la crítica se divide, con estrenos como Damsel, que a pesar de tener su público no terminan de convencer a todo el mundo.
Esto es lo que ocurre, precisamente, con la última saga que Netflix ha añadido a su plataforma: Crepúsculo. Las películas basadas en las novelas de Stephenie Meyer, estrenadas entre 2008 y 2012, acaban de ser incluidas a la plataforma… para deleite de los fans que en su día crecieron con su historia mientras tenían que aguantar las críticas del resto del mundo.
Una saga que merece una segunda oportunidad
No seré yo quien defienda a Crepúsculo a estas alturas, pero si bien cuenta con muchas red flags que hacen que sea una saga más bien extraña, también tiene entre sus películas grandes escenas y momentos de lucidez que hacen que merezca la pena echarle un ojo de nuevo. Al fin y al cabo, son Robert Pattinson y Kristen Stewart los protagonistas… no puede estar tan mal.