El Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano (HAI) de la Universidad de Stanford ha publicado la séptima edición anual de su exhaustivo informe Índice de IA, redactado por un equipo interdisciplinar de expertos académicos e industriales.
Esta edición tiene más contenido que las anteriores, lo que refleja la rápida evolución de la IA y su creciente importancia en nuestra vida cotidiana.
Este informe examina desde qué sectores utilizan más la IA hasta qué país está más nervioso por la pérdida de puestos de trabajo a causa de la IA. Pero uno de los aspectos más destacados del informe es el rendimiento de la IA frente a los humanos.
La IA ya es mejor que nosotros en muchos campos
Para quienes no hayan prestado atención, la IA ya nos ha superado en un número francamente escandaloso de puntos de referencia significativos. En 2015 nos superó en clasificación de imágenes, luego en comprensión básica de lectura (2017), razonamiento visual (2020) e inferencia de lenguaje natural (2021).
La IA se está volviendo tan inteligente y tan rápida que muchos de los puntos de referencia utilizados hasta ahora han quedado obsoletos. De hecho, los investigadores en este campo se afanan por desarrollar nuevos parámetros más exigentes.
En pocas palabras, las IA son tan buenas superando pruebas que ahora necesitamos nuevas pruebas, no para medir la competencia, sino para poner de relieve las áreas en las que los humanos y las IA siguen siendo diferentes, y descubrir dónde seguimos teniendo ventaja.
Si te fijas verás que este Informe sobre el Índice de Inteligencia Artificial termina a finales de 2023, un año muy tumultuoso de aceleración de la inteligencia artificial. De hecho, el único año más loco que 2023 ha sido 2024, en el que hemos visto, entre otras cosas, el lanzamiento de desarrollos cataclísmicos como Suno, Sora, Google Genie, Claude 3, Channel 1 y Devin.
Cada uno de estos productos, y muchos otros, tienen el potencial de revolucionar sectores enteros. Y sobre todos ellos se cierne el misterioso espectro de GPT-5, que amenaza con ser un modelo tan amplio y abarcador que bien podría consumir a todos los demás.
La IA no va a ninguna parte, eso está claro. El rápido ritmo de desarrollo técnico observado a lo largo de 2023, evidente en este informe, demuestra que la IA no hará más que seguir evolucionando y acortando distancias entre los seres humanos y la tecnología.
El informe también analiza los aspectos negativos de la evolución de la IA y cómo está afectando a la percepción pública mundial de su seguridad, fiabilidad y ética. Y ahí es donde las cosas no se ponen tan impresionantes.