Los científicos han almacenado todo el genoma humano en un cristal de cinco dimensiones capaz de almacenar digitalmente hasta 360 terabytes de información y construido para sobrevivir miles de millones de años.
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Suscríbete (es GRATIS) ►Algunos recordarán las placas Pioneer, un par de placas metálicas doradas a bordo de las naves espaciales Pioneer 10 y 11 lanzadas a principios de los años setenta.
Ideadas por el astrónomo estadounidense Carl Sagan, las placas llevaban grabado un mensaje visual (que incluía un hombre y una mujer desnudos y un esquema de nuestro sistema solar) por si una de las naves se topaba con vida extraterrestre inteligente en sus viajes.
Una microSD hecha con un cristal que durará para siempre
Ahora, investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) han creado una versión moderna de las placas Pioneer utilizando un cristal de memoria 5D que almacena grandes cantidades de información durante miles de millones de años sin degradarse. Han almacenado en ellas el genoma humano completo: unos tres mil millones de Gs, As, Ts y Cs.
El cristal fue desarrollado por el Centro de Investigación en Optoelectrónica (ORC) de la Universidad de Southampton utilizando vidrio nanoestructurado. A veces se le llama el “cristal de Superman”, un guiño a la película de Superman de 1978 en la que un cristal de memoria contenía una versión de IA de Jor-El, el padre biológico del superhéroe.
Ya en 2016 se sabía que el cristal se utilizaba para guardar copias digitales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre otros documentos importantes de la historia de la humanidad.
El cristal 5D puede almacenar hasta 360 terabytes (TB) de información durante miles de millones de años, permaneciendo estable incluso en condiciones de congelación y a temperaturas de hasta 1.000 °C.
Para probar el potencial del cristal como depósito de información genética importante, los investigadores inscribieron en él el genoma humano completo. Cada una de las aproximadamente tres mil millones de letras que componen el genoma se secuenció 150 veces para asegurarse de que estaba en la posición correcta.
Ahora el cristal que contiene el genoma se mantiene a salvo. Está en una cápsula del tiempo en una antigua cueva de sal austriaca, supervisada por el archivo Memoria de la Humanidad.